I.
El paradigma de La escuela nueva
La llamada Escuela Nueva´ fue un
movimiento pedagógico heterogéneo iniciado a finales del siglo XIX. La escuela
nueva, llamada también escuela activa, surge como una reacción a la escuela
tradicional y a las relaciones sociales que imperaban en la época de ésta.
Se constituye en una verdadera corriente pedagógica, en una propuesta
educativa de nuevo perfil, quizás cuando al finalizar la primera guerra mundial,
la educación fue nuevamente considerada esperanza de paz. Pese a que sus orígenes
son más remotos, el movimiento encontró su mayor auge en tiempos bélicos, por
lo que su ánimo renovador de la enseñanza es característico, además de
fundamentar gran parte de sus planteamientos en la psicología del desarrollo
infantil.
Para algunos estudiosos llegó a ser como una revolución copernicana en la
educación. En la opinión de Ferriere(1982) los pedagogos de la escuela nueva
fueron poseídos por un ardiente deseo de pazy volvieron a ver en la
educación el medio más idóneo para fomentar la comprensión entre los hombres y
entre las naciones, la solidaridad humana; desarrollar el amor fraternal
sin importar diferencias de nacionalidad, de tipo étnico o cultural; que el impulso de vida se impusiera por fin sobre el
instinto de muerte; que se pudieran resolver de manera pacífica los
conflictos entre las naciones y entre los grupos sociales.
De esta manera, la nueva educación
tendría que ser capaz de formar a los individuos para la paz, la comprensión
y la solidaridad.Según el movimiento de la
Escuela Nueva era importante denunciar y modificar los vicios de la
educación tradicional: pasividad, intelectualismo, magistrocentrismo, superficialidad,
enciclopedismo, verbalismo con el propósito de definir un nuevo rol a los diferentes participantes del proceso
educativo.
Así pues, tenemos
que la noción de niño en este modelo debe estar basado en planteamientos del
desarrollo, y el acto educativo
debe tratar a cada uno según sus aptitudes. No hay aprendizaje efectivo que no parta de alguna necesidad o interés del niño,
ese interés debe ser considerado el punto de partida para la
educación. Respecto a la relación maestro ± alumno se transita de una relación
de poder-sumisión que se da en la escuela tradicional a un vínculo marcado por
una relación de afecto y camaradería. Es más importante la forma de conducirse del maestro que la palabra. El maestro
será pues un auxiliar de las libres y espontáneo desarrollo del niño.
La autodisciplina es un elemento que se
incorpora en esta nueva relación, el
maestro cede el poder a sus alumnos para colocarlos en posición funcional de
autogobierno que los lleve a comprender la necesidad de elaborar y observar
reglas.
En este sentido, si se considera el
interés como punto de partida para la educación, es innecesaria la idea de
un programa impuesto. La función del educador será descubrir las necesidades o
el interés de sus alumnos y los objetos que son capaces de satisfacerlos.
Están convencidos de que las
experiencias de la vida cotidiana son más capaces de despertar el interés que
las lecciones proporcionadas por los libros. Se trata de
hacer penetrar la escuela plenamente en la vida; la naturaleza,
la vida del mundo, los hombres, los acontecimientos serán los nuevos
contenidos. En consecuencia, si hay un cambio en los contenidos, debe darse
también un cambio en la forma de transmitirlos, así que se introdujeron una
serie de actividades libres para desarrollar la imaginación, el espíritu de
iniciativa, y la creatividad. No se trataba sólo de que el niño asimilara lo
conocido sino que se iniciara en el proceso de conocer a través de la búsqueda,
respetando su individualidad.
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